
¿Es importante saber vender?… ¡Por supuesto que si! Pero también es MUY importante saber cobrar.
Vamos a definir bien los conceptos: La venta es una acción que se genera al brindar un producto o un servicio a cambio de dinero. Esto se da por distintas vías: de manera personal, por correo, teléfono o redes sociales. También se puede definir como una operación concreta, es decir, el comprador cumple con la obligación de pagar el precio pactado y el vendedor transfiere lo vendido.
Las ventas pueden hacerse al contado (contra entrega) y también al crédito; estos pueden tener diferentes plazos y se pueden cancelar de diversas maneras, por ejemplo, el cliente puede hacer un deposito o una transferencia para pagar su deuda, puede girar un cheque, entre otros.
Como todos sabemos, las ventas son uno de los eslabones más importantes en el funcionamiento de una empresa porque gracias a ellas crecemos, tenemos liquidez, logramos ingresar en diversos mercados haciendo que nos conozcan, entre otros factores. Como bien dice la popular frase: “las ventas son las que le dan de comer a la empresa”.
Pero ¿Qué pasa cuando se realiza la venta, pero no la cobranza? ¿O cuando la cobranza demora más tiempo del debido?
Es como si cogieras un paquete de galletas y cuando te acercas a la caja a pagar no tienes dinero y por lo tanto tienes que devolver el paquete de galletas.
Esto se puede convertir un gran problema si es que la situación se nos sale de las manos; porque el hecho de que tu negocio no cuente con el dinero producto de sus ventas puede generar, entre otras cosas, demoras en los pagos de todas las obligaciones que hayas contraído (planilla, impuestos, proveedores, etc). Tampoco contarías con fondos suficientes para comprar más mercadería o materia prima, por lo que tu inventario también se vería afectado y por rebote las nuevas ventas no podrían atenderse o no se atenderían completas, generando malestar en los clientes que buscarían ser correctamente atendidos por la competencia.
Si esto sucediera tendrías que recurrir a algún tipo de financiamiento para poder cumplir con todo, generando así mayores gastos financieros; de lo contrario tu empresa tendría un forado que no tendría como cubrir y lo mas probable es que entre en crisis y si no logra salir de la misma, termine desapareciendo.
Es por este motivo, que las cobranzas son igual de importantes que las ventas ¡van de la mano como hermanas! Y es fundamental que como emprendedoras analicemos la capacidad de pago de nuestros clientes si vamos a dar el salto de venderles a crédito.
La mejor forma de que tu emprendimiento crezca sin problemas es siendo organizada, gestionando buenas ventas y controlando tus cobranzas.