Solange llega al café donde nos juntamos con un maletín lleno de zapatos y una gran sonrisa. Así transcurren sus días últimamente desde que decidió hace cinco meses emprender en el negocio de calzado femenino con una venta personalizada que la tiene recorriendo Lima visitando a sus clientas. De hecho, lo primero que nos cuenta es que el mes pasado tuvo un problemón con uno de sus proveedores, incluida una estafa, que la obligó a reaccionar rápidamente y liquidar su stock para poder recuperar prontamente capital y reinvertirlo. Pero, muy distinto a nuestras caras de sorpresa y angustia mientras la oímos, ella lo transforma en una anécdota: “o sea, obvio me pasé varios días metida en mi cama llorando, porque además se me juntaba con la matrícula y la lista de útiles de Alejandro –su hijo- y también su cumpleaños… y yo necesitaba llegar a un monto para poder pagar, aunque sea, mis cuentas mínimas del mes. Pero felizmente hubo buena respuesta y todo se vendió”. Logró reunir lo suficiente para empezar nuevamente de a poquito con una mini colección y seguir en el ruedo. “No tenía opción, o me levantaba o perdía todo, así que me levanté”.
Marketera de profesión con una especialización en efectividad comercial y un diploma en design thinking, después de 11 años de experiencia en el mundo retail dejó su trabajo como key account manager en octubre del año pasado y se embarcó en su nuevo proyecto: SAF SHOES.

Su gusto por los zapatos la llevó a combinar el análisis comercial propio de su carrera con la nueva experiencia del diseño. Dibuja sus ideas en papel y desde ahí empieza la aventura de ver junto a sus proveedores los materiales, formas y combinación de colores. “Hay que hacer moldes, muestras, conceptualizar tu idea, aterrizarla y ver si funciona comercialmente”
SAF Shoes ha tenido ya una colección en cuero y otra en sintético, pero Solange nos cuenta que es posible armonizar ambas porque su público busca variedad a un precio accesible. ¿Cuál es su sello distintivo? Ser versátil. “No quiero que SAF Shoes sea la típica marca estándar producida en línea, pero tampoco quiero sacar una colección muy extravagante del gusto de pocas. Me importa más jugar con colores y texturas, creando un zapato que puedas usarlo tanto para trabajar, como para ir después a un cocktail o a una reunión del colegio de los niños y de ahí salir con tus amigas; que sea para toda ocasión”. Ahora está enfocada en crear un mix de productos que incluya una línea básica y una de moda según las tendencias; su experiencia trabajando para marcas ya posicionadas por años le da los inputs necesarios para ir ajustando los modelos según sus tiempos y presupuesto… algo básico para poder sacar mini colecciones que roten y que no la golpeen económicamente, porque la liquidez suele ser un tema crucial para todas las emprendedoras: lograr optimizar los recursos en el corto plazo es, por lejos, un reto para quienes inician un negocio propio.
Solange partió este negocio alquilando un espacio en una tienda multimarca para colocar sus zapatos, pero a raíz de la pérdida que sufrió en febrero tuvo que reducir costos y dar un giro a su estrategia de ventas. Ahora está 100% enfocada en la venta directa, yendo personalmente a la casa de quien la contacta sin ningún costo adicional para la clienta. “No solamente me promociono a través de Facebook e Instagram, sino que también les mando fotos de mis productos a toda mi familia, mis amigas, conocidas y a mis amigos también para sus esposas y novias” claro, muchas se interesan, otras no, pero lo que importa es que conozcan la marca, que sepan cuál es su propuesta y que puedan acceder a ella rápidamente. “Hay veces en que una visita no termina en venta porque a la clienta no le queda pintado el zapato y yo no le voy a mentir por vender. Otro día, cuando tenga un modelo que seguro le asiente mejor, la contacto, la visito y probablemente tenga una compra fija”.
Una de las ventajas de su modelo de negocio es poder personalizar la presentación de sus productos de acuerdo a cada clienta real y potencial, realizando una demostración detallada de las características de los zapatos que les enseña, aclarando todas las dudas, tomando nota de los gustos y necesidades de su target para afinar futuras colecciones y, sobretodo, entablando una relación duradera con cada una. No tener ahorita un espacio físico para exhibir el producto no la ha limitado para nada, ha llevado la tienda a la casa u oficina de su mercado. “Mi marca no vende un producto solamente, vende una experiencia. Si me limitara a publicar mis zapatos en internet y solo despacharlos sin entablar una relación con mi posible clienta, no vendería ni la mitad de lo que vendo porque que me conozcan y los vean, los toquen, se prueben, hace la diferencia”
Sin embargo, en el mediano plazo sabe que va a tener que ajustarse ya que el costo de oportunidad es alto y en la medida que siga creciendo (que es el objetivo, claro está) va a necesitar redistribuir su tiempo y delegar algunas funciones. “Igual es un montón de trabajo, pero quiero seguir visitando a mis clientas…. Me queda claro que en algún momento no me van a alcanzar las manos y voy a necesitar personas que me ayuden, pero mi concepto de servicio va a seguir por esta misma línea, visitarlas siempre que sea posible, que se prueben, que se sientan cómodas con los zapatos antes de comprarlos. La venta por redes sociales genera mucha desconfianza actualmente, entonces para mi es importante que sepan que no las voy a estafar ni engañar, que van a comprar algo que realmente les gusta y les queda bien”
“Ahorita todavía estoy en la etapa donde me cuesta organizarme como yo quisiera. Como parte importante de mi negocio es visitar clientas, dependo muchas veces de las confirmaciones y los cambios de horario que se presenten. Lo que sí, parto mis mañanas trabajando en dejar programadas las publicaciones en Facebook e Instagram y a responder los inbox que me hayan llegado en la noche; de ahí dedico un tiempo a hacer cosas de mi día a día y ya en la tarde salgo a visitar en promedio tres clientas por día”
Encontrar el equilibrio es una tarea necesaria. Por nosotras y por los nuestros. Ordenarse y auto establecerse horarios y rutinas para no desgastarnos es parte del ajuste que tenemos que hacer al iniciar un emprendimiento.
“Eso sí, mis visitas son solo de lunes a viernes. El fin de semana es 100% para mí, para mi hijo y para mi familia”
¿Qué es lo mejor de trabajar en tu propio negocio? preguntamos y la respuesta es inmediata: compartir más tiempo con Alejandro. El inicio de SAF Shoes coincidió con la etapa de vacaciones de colegio, así que Ale vivió junto a mamá el proceso, acompañándola a visitar proveedores o a algunas clientas. “Que mi hijo comprenda que hay que ganársela, que entienda el valor del dinero, lo que son las prioridades, es increíble…. Incluso empezó él mismo su propio emprendimiento en el cole vendiendo sándwiches ¡y no le da roche, al contrario! ¡y le va súper, vende harto!”
Así como la mayoría de emprendedoras cuando recién parten, Solange trabaja mucho desde su casa y el comedor suele ser el centro de operaciones. “Alejandro suele estar a mi costado, ya sea haciendo tareas, o viendo televisión… Compartimos mucho tiempo juntos y eso me gusta… De repente hay ratos que no estamos hablando porque cada uno está en lo suyo, pero estamos juntos y eso es lo que importa”.

¿Qué se viene con SAF Shoes para el 2019? “Quiero perfeccionarme y estudiar más sobre diseño de calzado. Llevar cursos de modelaje, de corte y costura, de armaje… No está ahorita en los planes por tiempo, pero si en el corto plazo”. Ver nuevamente opciones de tiendas multimarcas también está en su bucket list, para poder llegar a más gente con una atención 100% personalizada. Actualmente está evaluando nuevos proveedores en Lima y también en otras ciudades como Trujillo. Nos habla de lo que se viene en la nueva colección que lanza ahorita terminando el mes y es tanta su emoción que provoca comprarle todo por esa energía bonita que tiene una cuando le pone corazón a su proyecto de vida.
¿Qué tiene que saber una mujer que emprende? “Todo emprendimiento tiene subidas y bajadas. Yo empecé de frente con una bajada que me zamaqueó mucho”.
Esto lleva a otro punto crucial: elegir muy bien a tus proveedores. De ellos depende en gran medida la calidad de los productos/servicios que tu emprendimiento ofrezca al mercado, así que hay que buscar referencias de sus trabajos, ojalá tener más de uno por si –cosas imponderables- alguno no cumple a tiempo, pero, sobre todo, generar también con ellos una relación de compromiso y confianza a largo plazo. “Es clave que tus proveedores sean tus socios estratégicos. Tienes que buscar especialistas, que conozcan muy bien su negocio, que puedan orientarte. Igual les digo que guarden algo de pan para mayo, por si surge algo no planeado, tener un back up hace la diferencia. Pero sigan, yo partí con algo horrible y hay veces que no me explico como pude salir de eso, pero logré darle vuelta… y sé que mi negocio va a ser un éxito y voy a poder vivir de lo que me gusta hacer”.
