Si se puede vivir del emprendimiento
“Yo creo que hay que emprender por ti y para ti, porque tú quieres, porque la idea te apasiona y es justamente eso lo que te permite superar los momentos en los que quizás no te va tan bien. Hay que ser consciente de que te vas a equivocar, pero tranquila, no pasa nada, mientras más rápido te equivoques, más rápido lo vas a poder modificar; y mejor si puedes contar con una red de soporte, con la que puedas conversar, que tenga una perspectiva diferente que te permita mejorar y seguir avanzando ¡sería genial! Pero sobretodo, pierde la vergüenza, ya sea para pedir ayuda, para vender tu propio negocio o por el simple hecho de compartir con los demás lo que estás haciendo, porque esa también es una forma de generar una red de contactos”.
Naomi nos recibe en la sala de su casa con una gran sonrisa y con Toto, su perrito de seis años, que nos acompañó durante todo el tiempo que estuvimos conversando. Parte contándonos que ella era de ese grupo de personas que estaban esperando el momento “ideal” para emprender: probablemente antes de su jubilación, cuando tuviera más plata, más tiempo y, por supuesto, cuando ya estuviera consolidada profesionalmente.
Lo que si tenía muy claro era que quería trabajar haciendo consultorías en Recursos Humanos y sobre todo en capacitación.
Ese era el sueño a cumplir.
“Yo comencé trabajando en banca, en el área comercial como cajera. Tuve la oportunidad de hacer línea de carrera y llegué a ser gerente de una oficina bancaria. Luego el banco lanzó un proyecto para realizar capacitaciones en Lima y provincia a otros colaboradores y a mí me encantó la idea y me inscribí. Recibí formación para armar capacitaciones, talleres de formación de formadores, etc. Para mi buena suerte, y a mí que me encanta viajar, casi siempre me tocó en provincia y mis fines de semana me los pasaba viajando y capacitando. De hecho era bastante duro y agotador, pero también era una súper oportunidad que no quise dejar pasar”.
En paralelo el grupo empresarial al que pertenece el banco apostó por crear la primera Universidad Corporativa del Perú, que buscaba potenciar las habilidades de sus colaboradores para que crezcan y hagan línea de carrera en todas las empresas del grupo.
«Me entere que se estaba abriendo una posición que era para atender a las otras empresas del grupo brindando capacitaciones entre otras cosas, pero para eso tenía que empaparme del funcionamiento de cada negocio. Me gustaron mucho las funciones que había que desarrollar y apenas se abrió la convocatoria postulé, pasé las evaluaciones y felizmente obtuve la plaza y así, sin querer, comencé a dar mis primeros pasos en consultoría, en aprender del negocio e ir solucionando problemas en capacitación”.
Luego de unos años Naomi se fue a vivir a Costa Rica por dos años para hacer un MBA en INCAE. De regreso al Perú en el 2014 la llamaron para integrar una consultora que estaba iniciando un proyecto en el rubro de telecomunicaciones “en el camino propuse ampliar nuestro alcance y trabajar con empresas que pertenecieran a otros rubros para maximizar los recursos. Así comenzamos a tener clientes más pequeños, aunque gran parte de su cartera seguía concentrada en 1 solo cliente. A poco más de un año, por diversas situaciones internas, los socios de la empresa decidieron que era momento de liquidarla.
Esta crisis se convirtió en una oportunidad para Naomi.
“Es ahí donde en vez de buscar trabajo decido emprender y buscar mi sueño, así que en Diciembre del 2015 creé Learning Lab”.

“Comencé a tocar las puertas de clientes de otros rubros ofreciendo los servicios de mi consultora, y así empecé haciendo consultorías chiquitas, que quizás para la empresa que me contrataba era una cosa de nada ¡pero para mí significaba un montón!”
De a pocos le empezaron a dar proyectos pequeños y, dado su profesionalismo, empezó a crecer. Vinieron proyectos de mayor envergadura y ahora trabaja con grandes empresas en Perú y en el extranjero.
“Cuando tengo un proyecto que es muy grande y/o que no puedo atender directamente porque ya estoy trabajando en otro, me apoyo en mis consultoras asociadas”.
¿Cómo logra obtener proyectos importantes en banca, telecomunicaciones, retail entre otros rubros? Pues se presenta ella misma como una empresa formalmente constituida: “lo decidí desde el principio ya que mis aspiraciones iban en grande y tenía claro que para lo que quería era mucho mejor estar registrada como una empresa en SUNAT que trabajar solo con recibos por honorarios, porque sí o sí mi cliente objetivo iba a pedirme factura para deducir el IGV”
Buscó información, se asesoró con abogados, constituyó la empresa, la inscribió ante SUNAT y para los temas contables contrató a una empresa que lamentablemente no supo asesorarla de manera correcta y eso la afectó directamente en su primer pago de impuesto a la renta. Casualidades de la vida, un día se juntó a tomar un café con una amiga de colegio a la que le cuenta sobre este problema y ella conocía la figura perfectamente, solucionando a futuro el tema. Desde ese momento esta amiga lleva la contabilidad de Learning Lab. Este es de hecho el punto más complejo que le ha tocado vivir en sus tres años de emprendedora, por lo mismo hace hincapié sobre la importancia que tiene la persona o empresa que lleva la contabilidad de tu negocio: tiene que conocer bien el rubro en el que te desenvuelves para que te asesore apropiadamente y no termines incurriendo en gastos indebidos.
“Hasta ese momento Learning Lab se encargaba solo de la detección de necesidades, el diseño y la implementación. En una oportunidad me pidieron ver todo el proceso completo, incluida la evaluación y el análisis numérico, así que decido recurrir a un colega con el que ya había trabajado anteriormente para que se lidere esos puntos. Tras unos meses nos dimos cuenta que los servicios que brindábamos por separado se complementaban perfectamente y esto nos podía servir para buscar nuevos clientes que buscaran el servicio completo. Así es como decidimos asociarnos para realizar este tipo de proyectos. Él es colombiano, pero viene constantemente al Perú y yo también viajo con frecuencia a Colombia para llevar las cuentas de nuestros clientes”
Naomi tiene muy claro que en el rubro de servicios hay que ser muy exactos a la hora de estructurar los costos, porque si no podrías terminar trabajando gratis o incluso generando pérdida “y eso lo aplico a todo nivel, tanto para el presupuesto que le muestro a la empresa a la que le voy a brindar servicios, como a las consultoras asociadas por proyecto. Y en base a esa estructura de costos, veo si puedo financiarlo por mis propios medios o si tengo que recurrir a negociar mis facturas y la verdad es que ahora utilizo mucho este medio de financiamiento”. Asimismo, es crucial tener definida una contraparte en la empresa a la que le damos el servicio: “por una mala experiencia también aprendí que lo ideal es que sea una persona la responsable de dar los vistos buenos antes, durante y después de cada parte del proyecto”
Cuando conversamos sobre los planes a futuro, nos dice con mucha ilusión que le encantaría tener más proyectos, brindar más servicios especializados que le permitan tener un mayor respaldo económico y así poder tener personal fijo, que ella misma se encargaría de entrenar desde las prácticas y así lograr crear una cartera de valores “hay que hacer si previamente un análisis de costo – beneficio, para evaluar si todos los proyectos que se te puedan presentar en el camino de tu emprendimiento realmente te convienen, ya sea por temas de inversión, por tiempo, o incluso porque quizá no te das abasto y podrías no cumplir como es debido”.
Emprender para Naomi ha significado vivir realmente haciendo lo que le gusta, todas las veces que quiera; dispone más y mejor de su tiempo, ya que, si no está trabajando en la empresa del cliente, está en un café esperando su siguiente reunión, o trabajando en su casa, donde ha acondicionado una mini oficina donde puede concentrarse sin que nada la distraiga “es básico trabajar con disciplina y fijarse metas”.
“¿Qué le diría a una mujer que recién parte o está pensando en emprender? Que lo que importa es emprender porque quieres. Que sea en algo que realmente les gusta y por lo que se apasionan. Y que empiecen de una vez, porque si le dan muchas vueltas le van a encontrar más peros, que partan hoy“.
