“En estos tres años las cosas han ido llegando en el momento exacto”.
Maribel Granda es Comunicadora Social y entró al mundo corporativo en el rubro bancario, primero como representante financiero, para después pasar al área de recursos humanos. Entremedio hizo un Master en Gerencia de Administración y tras unos años se cambió al rubro de minería como coordinadora de capacitación en un proyecto. “Tuve que cambiar todo mi estilo de vida” nos cuenta “me fui a vivir a un campamento en Cajamarca, a 3,800 metros, viajando cada dos semanas a Lima”. Tras un año y medio empezó a cuestionarse, porque si bien le gustaba su trabajo, sentía muy adentro que le faltaba algo. “Justo me asignaron un grupo de ingenieros recién egresados para entrenamiento. Yo procuraba que tengan tutores y verificaba que pasen todas las capacitaciones; pero lo que más disfrutaba era cuando me sentaba con ellos a conversar para saber cómo estaban, como les iba, que sentían” Y ahí, en esas conversaciones, Maribel fue consciente que ese vacío se llenaba entero.

“Ahí me dije, este ya no es mi sitio, pero tampoco sabía cómo darle nombre a eso que yo quería hacer. Se me ocurrió que era la docencia porque me gustaba enseñar pero no estaba tan segura. Así se pasaron seis meses, con la cancioncita en mi cabeza de querer renunciar para dedicarme a eso que me llenaba, pero al mismo tiempo con las voces que me repetían que estaba loca, que como me iba a ir si en la mina me iba súper, que mira el sueldazo, porque claro, es un rubro en el que si se gana bastante bien, en utilidades nomás es una cantidad bastante fuerte”. Y así, con el pie en el freno constantemente, un día se dijo a si misma que ok, el dinero ayudaba a conseguir muchas cosas, le daba estabilidad, pero no iba a permitir que fuera el único motor de su vida.
“Era diciembre del 2013 cuando me armo de valor, renuncio y me regreso a Lima sin tener claro cómo iba a hacerlo. Así se me pasó el verano y en marzo la compañía minera me contacta nuevamente y me ofrecen un nuevo cargo pero en las oficinas de Lima. Como yo seguía sin saber como partir y los ahorros se iban consumiendo, acepté regresar”. Ingresó nuevamente como coordinadora de capacitación para el corporativo y si bien estaba súper animada con este nuevo desafío, en poco tiempo reapareció esa piedrita en el zapato que le recordaba que no, que algo faltaba, que por ahí no era el camino, “claro, mi pensamiento más juez me repetía constantemente ´pero estás chambeando, ya regresaste a Lima, cómo se te ocurre que vas a volver a renunciar ¿qué vas a hacer si te quedas sin trabajo de nuevo?´ y así pasaban los días y yo no tomaba ninguna decisión”.
Pero como el Universo es infinitamente perfecto, un día cualquiera Maribel debía monitorear una capacitación y, como siempre, dio la charla inicial. Fue un procedimiento habitual de tan sólo cinco minutos, pero esta vez fue diferente: la persona encargada de desarrollar ese programa la escuchó y se le acercó para preguntarle ¿nunca has pensado en ser coach? “Para mi ella es un ángel que apareció para que yo iniciara esta nueva etapa”. La respuesta fue no, no lo había pensado nunca. Había escuchado sobre el tema pero no había profundizado lo suficiente. “Me dijo ´yo creo que tú tienes todas las habilidades para serlo ¿qué te parece si un día nos tomamos un café y te cuento de que se trata?´ y yo feliz. Claro, pasaron como dos meses para poder coordinar tiempos y tomarnos ese café, pero nos juntamos al final, me contó de que trataba y me recomendó tres escuelas para poder formarme como coach profesional…. Y los tres hacían la certificación anual una vez al año, que había sido justo un mes antes del café”.
Primero pensó en la mala suerte, pero de ahí con calma entendió que todo tiene un momento, que debía estar tranquila y que estos once meses le iban a permitir ahorrar porque la inversión para ser una coach certificada a través de un programa de prestigio es fuerte.
Maribel se certificó como Coach Ontológico, una disciplina que ayuda a interpretar al individuo desde una perspectiva integral, es decir, no solamente a través de la parte cognitiva, sino también considerando su lado corporal, emocional y espiritual “ahora, si bien es cierto el objetivo es aprender las herramientas para acompañar a las personas, al inicio es un proceso muy personal; tienes que entender cómo funcionas tú en todos los niveles para que desde ese entendimiento estés preparada a acompañar a otros” . El proceso de coaching ontológico pone sobre la mesa las formas que las personas perciben sus realidades y, mediante un aprendizaje transformacional, puedan liberar creencias condicionantes y limitantes.
“En este proceso personal ocurren varias cosas que yo no había visto de mí, o sea, es un proceso super rico y lo valoras un montón, pero también es muy incómodo porque tienes que levantar la alfombra y hacerte cargo de toda la basurita que has escondido por años para que nadie vea. Yo, por ejemplo, era muy racional y a mis emociones les había restado importancia, era muy del ´deber ser´, de mantener la imagen´… y claro, una dice ‘así soy yo´ o ´es parte de´ y el coaching te hace consciente de los costos y las consecuencias: no valorarte lo suficiente, no cuidarte, no atenderte, sentirte insuficiente, perderte ¡uffff! Dimensionas que hay mucho trabajo por hacer a nivel personal”.
Una vez certificada, renuncia a su cargo en la minera en abril del 2016 para dedicarse a ser coach “Digo bacán, ahora voy a dedicarme a esto porque YA soy una coach… ese fue mi ser iluso» nos dice entre risas, “Pero agradezco esa ilusión porque me permitió correr el riesgo y aventarme hacia lo que quería hacer”.
Empezar no fue un camino fácil: el no tener experiencia previa en este rubro le cerraba oportunidades. Pero Maribel estaba decidida y no le daba espacio al bajoneo. Así, un día un amigo le pide por favor que lo cubra unas cuantas horas en el reconocido instituto Columbia para ver el programa de inducción a los alumnos nuevos “hasta el día de hoy sigo trabajando con ellos”.

Maribel no solo se dedica al coaching. Una migraña diagnosticada hace veintiún años la llevó a buscar nuevos tratamientos para combatir el dolor “En el 2009, después de varias tomografías en las que no salía nada, un médico me dijo que debía resignarme…. ¿Qué me resigne? Listo, hablamos”. Convencida que tenían que haber otras soluciones, pasó por acupuntura, homeopatía, reflexología, entre otras terapias y en el camino conoció a mujeres grandiosas que fueron sus maestras en esta nueva ruta. “Llegué al biomagnetismo hace unos años atrás y estuve tres meses sin dolor ¡un triunfo! Así que me metí a investigar y estudiar esta práctica. Luego de eso seguí explorando y llegué a los cuarzos, así que me preparé en alineamiento de chakras y limpieza de espacios. Me encanta todo lo que se genera a través de las terapias holísticas, ahí no hay juicios, todo es posible, te conectas con la otra persona desde el ser de luz que somos todos”.
Esto la llevó a cambiar su imagen de marca, definiendo las tres líneas de negocio que maneja:
- Coaching Personal
- Terapias Holísticas
- Corporativa: Trabaja con empresas desarrollando talleres de habilidades blandas.
“He podido ingresar con los talleres para empresas tocando puertas, conversando con la gente, contándole a todo el mundo lo que hacía ahora”. Envía presentaciones, se mueve mucho a través de linkedin, facebook e instagram “no iban ellos a venir a tocarme la puerta como cuando suben trayendo el balón de gas ¿no? te tienes que promocionar constantemente generando contactos”. Ese minucioso trabajo de marketing ha traído frutos: entre sus clientes puede contar a Nestlé, la Toulouse Lautrec, Innova PUC y Tecsup, entre otros.
¿Qué ha sido lo más complejo en estos tres años de emprendimiento? preguntamos, y la respuesta es categórica: cuestionarse si ha tomado la decisión correcta. “Pasa, hay veces que te preguntas si fue apropiado, recuerda que nos han programado para temerle a la incertidumbre. Si yo no trabajara en reconciliarme conmigo misma y con mis emociones quizá encontraría que no encajo en la definición de emprendedora ´exitosa´… porque no tengo aún la casa propia, porque no estoy llena de clientes, etc; pero no, esa no es la definición de éxito. Éxito para mi es ya no vivir desde el lado de la perfección, sino desde el lado de la aceptación y reconozco con amor que la estoy luchando, que tengo aciertos y a veces también la friego, que no puedo controlarlo todo y que en toda esta evolución aprendo y disfruto. Éxito es vivir haciendo lo que amo”. Ese temor a la incertidumbre también se manifiesta en una sobre exigencia a la hora de trabajar en un proyecto personal, algo bastante común entre las emprendedoras “imagínate, lo mismo que yo criticaba del mundo corporativo que era chambear, chambear, chambear, lo hacía yo acá y terminé súper estresada; ya entendí que no se trata de hacer un montón, sino de hacer lo suficiente con calidad porque si quiero que mi emprendimiento sea sostenible en el tiempo me tengo que cuidar”. Ahora maneja mejor su agenda dándole espacio suficiente a las actividades personales, al compartir con familia y amigos y al descanso “para equilibrarme practico yoga y también recurro a una amiga/colega para que me haga terapia de cuarzos”.
Su emprendimiento funciona actualmente bajo el régimen de persona natural con negocio, pero ahora Maribel está ya haciendo las gestiones para constituir empresa porque necesita mas personas de apoyo, así como consultores asociados para poder tomar proyectos de mayor envergadura. Asimismo, está trabajando en su nuevo “bebé”: el Afro Coaching. “Estoy desarrollando todo el concepto y para eso necesito tiempo”. Este nuevo desafío nació como parte de su proceso de certificación para coach, donde tuvo que bailar música negra para volver a la flexibilidad y al disfrute “Pero para mi fue más que eso, fue una reconciliación con mis ancestros, fue investigar qué pasa con tu cuerpo y con tu energía mientras bailas”. Lo ha impartido ya de manera individual y grupal, pero ahora está muy entusiasmada armando el programa para empresas para desarrollar equipos de alto rendimiento.
“Mucho análisis es parálisis. La única forma de saber si tu idea funciona o no funciona es en la cancha. Puedes tener todo mapeado, el plan de negocios, la inversión, pero tienes que hacer que las cosas ocurran… y eso es ensayo error. Todas las respuestas y toda la sabiduría están dentro de ti, valídate, confía en tus capacidades; si es algo que te hace feliz vas a tener el combustible necesario, que es esa energía interna para seguir adelante”.