“Antes de empezar hice un pequeño focus group para elegir el nombre de mi marca y Ánika fue el elegido” nos cuenta orgullosa Angie Ballón, creadora y diseñadora de esta marca de joyas que ya tiene quince años en el mercado.
Emprender significa muchas veces tomar riesgos para poder dedicarte a lo que realmente te llena y vivir de eso. Si bien ese camino estaba en los planes de Angie allá por el 2004, tuvo que acelerarlo debido a una situación intempestiva. “Un día me llama mi jefe y me dice que yo era muy competente y que preferían a alguien con un perfil más bajo… me quedé como ¿es en serio?”.
Aunque suene a una broma de mal gusto fue exactamente así, la despidieron por ser muy buena en su trabajo.“Yo había encontrado varias oportunidades de mejora y me enfoqué en ellas porque era un negocio con mucho potencial, pero parece que no les gustó que me involucrara tanto”. Así que tenía dos opciones: o se quedaba lamentando o ponía en marcha esa idea que tenía en mente; en mes y medio ya tenía armado el proyecto y la inscripción de su empresa en Sunat… Así nació Ánika.
“Yo ya tenía conocimientos de bijoutería. La producción es en serie, tiene áreas de molde, áreas de baños, etc, pero quería dedicarme a la joyería y ese proceso es bastante distinto… así que lo primero fue hacer un estudio de mercado, no solo recopilando toda la información disponible sino comprando diferentes muestras para conocer y comparar la calidad de cada pieza”.
Marketera de profesión con una especialización de RRHH en ESAN, Angie descubrió su gusto por la joyería casi de casualidad. “Yo tenía un amigo joyero al que le mandaba hacer piezas para mi uso personal y resulta que a todo el mundo le encantaba lo que usaba ¡ahí descubrí que tenía un talento natural para el diseño de joyas! Y disfrutaba muchísimo el proceso”, así que supo que por ahí era el camino.
Angie no quería comprar para revender sino dedicarse a diseñar sus propias piezas, tal como lo venía haciendo en pequeña escala para ella. Con los datos de su estudio de mercado inicial emprendió la búsqueda de los mejores orfebres para poder trabajar estratégicamente a largo plazo. “Trabajaba junto a ellos, me quedaba en las tardes en sus talleres a aprender a limar, pulir, hacer armados; me fui ganando su confianza y ellos mismos me indicaban donde exactamente comprar la plata y oro y lo tasábamos juntos. Yo no aprendí de joyería en clases, sino en el día a día junto a mis maestros orfebres, con los que trabajo hasta el día de hoy”.
Sus primeras clientas fueron su familia y amigas. Y quedaron tan satisfechas que la empezaron a recomendar y su círculo inicial fue creciendo. No es de extrañar, aproximadamente el 70% de los consumidores confían en las recomendaciones de sus cercanos para probar inicialmente un producto o servicio. El boca-a-boca es una de las herramientas de marketing más eficientes, pero no basta con tener un buen producto (lo que es indispensable), sino que además tu mercado tiene que confiar en ti con la seguridad que la atención al cliente, durante la venta y post venta, es A1.

“Mi ventaja competitiva es dar un servicio personalizado. No pierdo el contacto con mis clientes y si algo sale mal o si necesitan hacer algún ajuste, pues se arregla inmediatamente. Incluso me ha pasado que después de un tiempo necesitan vender la pieza por algún imprevisto y las ayudo a venderla, no hay problema”.
Las piezas de Ánika se venden a través de venta directa y también hace varios años tiene un punto de venta en Florerías Unidas. Asimismo, Angie maneja una importante cartera de clientes corporativos dentro de los cuales tiene ya una relación consolidada con varios casinos de Lima y Provincias. “Un día se me ocurrió que los casinos podrían hacerle regalos a sus clientes más importantes en sus cumpleaños, por ejemplo. Llegué y les planteé mi idea, les aseguré que yo podía hacer piezas personalizadas de acuerdo al cliente y que con esto ellos podían fidelizarlos… lo único que necesitaba era coordinar un día y observar a quien se le iba a regalar para poder diseñar algo según su estilo”; ¿y cuándo es en provincia? “pues lo hacemos con video llamada, siempre hay herramientas para lograr el objetivo”.
Con los años se ha ido diversificando según la demanda del mercado. Ha trabajado ya cerámica con plata, madera con plata, textiles con plata, pero siempre en pedidos puntuales con pocas unidades. Actualmente está trabajando en el desarrollo de esas líneas de producto para seguir creciendo.

Como en todo negocio, ha habido momentos críticos: “Cuando recién partía trabajé una promoción con una reconocida empresa del rubro belleza y nos fue muy bien. Poco tiempo después me contactan nuevamente para lanzar otra y la gente del área de marketing me aseguró que todo iba ok… pero al final se cayó y me dejaron con parte de la producción hecha. Desde ese momento aprendí a no trabajar de palabra así sean empresas grandes; siempre con contrato y con un porcentaje de adelanto”. Y es que, aunque no exista mala fe, sin un contrato previo que detalle las responsabilidades de cada parte (y la penalización si no se cumplen) pueden suceder episodios como este que te desbalancean porque generalmente la inversión sale de tu bolsillo. “Y no solo pierdes plata, sino horas de trabajo; además que te estresas y te frustras. Y en este caso particular, la utilidad por unidad era muy poca, porque la ganancia estaba en el volumen”, así que colocar cada pieza individual fue intentar recuperar al menos el costo.
En estos quince años esta no ha sido la única vez que Angie ha lidiado con contratiempos. Desde un cheque falso, hasta un cliente que la dejó por comprar “alternativas” chinas, ha pasado por varias. Pero quizá la que más le dolió fue cuando descaradamente le robaron la idea: “Presenté una propuesta a una empresa con la que ya trabajaba, para unos regalos corporativos en navidad y esa era mi venta fuerte para ese diciembre. Al final la empresa agarró mi propuesta tal cual y se la pidió exacta a otro proveedor. Toda mi idea, todo lo que había trabajado en ella, todo”. La competencia se bajó únicamente un sol por pieza, un ahorro ridículo considerando que ya venían trabajando juntos otras campañas y conocían el desempeño y profesionalismo de Angie, “pero, cosas del destino, los regalos les llegaron el mismo 25 de diciembre, algunos incluso el 26. A mí me llamaban los administradores de las sucursales para preguntarme por los regalos y yo no podía ayudarlos”.
Y es que, desafortunadamente, esta es una práctica bastante común y hay que tenerlo en consideración. Con las dos cotizaciones en mano, a Angie la llamaron nuevamente para que baje su precio inicial y ella no aceptó con toda razón: su precio no incluía únicamente los materiales y la producción, sino todo el trabajo de crear y diseñar una campaña específica para ese cliente.
“Yo estoy segura que si obras bien en la vida, se te devuelve. Puedes estar pasando por un mal momento, pero si eres gente, el universo conspira y todo vuelve a su cauce. Yo estaba desesperada porque se me había caído esa venta que era buena parte de mi campaña de diciembre, pero tenía que seguir. De repente, estaba un día en mi vitrina de Florerías Unidas y llega un cliente extranjero al que empiezo a atender, muy amable él me hace una compra, pero además me pide que le haga un pedido especial que necesitaba en dos días en tal dirección. Me saqué la mugre trabajando para tenerlo listo en el plazo exacto y se lo llevé ¡pues resultó siendo el embajador de Emiratos Árabes! Me pagaron cash una suma importante de dinero y gracias a eso pasé navidad tranquila con mis hijos”.

“Cuando inicié Ánika uno de los objetivos era pasar el mayor tiempo en casa por mis hijos. Ahí solo tenía a Marcelo, después llegó Luana”
El día de Angie parte a las 06.15 y termina a las 23.00. “Antes no apagaba el celular porque mis clientes corporativos podían pasarme pedidos hasta la 1:00am, pero eso ya era no tener vida, así que no lo hago más”. Las primeras horas del día son para sus hijos, luego se dedica a ver algunas cosas de la casa y a las 09.00 se sienta frente a la compu en la oficina que ha implementado en su casa para revisar pedidos, enviar cotizaciones, ver status de despachos y hacer seguimiento a las facturas por cobrar. Luego de eso parte a terreno: dos veces a la semana va a Florerías Unidas, y los otros días los destina a visitar a sus empresas, así como también a sus orfebres. Ahora se obliga a hacer una pausa a las 14.00 y almorzar porque el cuerpo le pasó factura por estar años pasando de largo y ahora lidia con una gastritis aguda. “En las tardes vuelvo lo administrativo que haya quedado pendiente y también me dedico a lo creativo, mientras mi hija hace las tareas, y ya en la noche veo que ambos cenen y se acuesten. Mi día está organizado, pero a veces la agenda se mueve por los requerimientos de los clientes”.
Para Angie, lo más enriquecedor, además de poder estar más tiempo con sus hijos y también disfrutar a sus papás, es tener la oportunidad de generar trabajo para otras personas valiosas: “Todos mis proveedores son ahora amigos, trabajamos tantos años juntos, conozco a sus familias. Lamentablemente en el Perú hay todavía mucha gente mezquina en cuanto a mano de obra, no valoran el trabajo de los artesanos y no quieren pagar un precio justo por su trabajo que es de gran calidad”.
En su tiempo libre está igual metida investigando sobre nuevos materiales o revisando tendencias “Si te gusta lo que haces no te sientes sobrepasada, para otras personas puede que sea mucho lo que le dedico a Ánika, pero yo lo disfruto. Lo que si, hago siesta de dos horas los domingos”.
¿Qué le aconsejaría a una potencial emprendedora? Que la necesidad no sea su único estímulo: “No debes emprender únicamente porque te quedaste sin trabajo. La idea es que mientras trabajes veas en que eres buena y, sobretodo, que te apasiona y así empieces a investigar acerca de lo que te gustaría hacer. Todos somos buenos en algo, busca en que tienes potencial y reúne información mientras tengas un ingreso. Mi caso justo coincidió con mi despido, pero puedes empezar de a poquito mientras estés trabajando y cuando ya lo tengas armado arriésgate y hazlo. Tienes que considerar si que el primer año quizá no veas retorno de dinero, pero que eso no te desanime. Cree en ti misma y pierde la vergüenza”.