Podríamos definir a nuestro público objetivo (conocido también como target) como el grupo de personas que quieren y/o necesitan lo que nuestro emprendimiento ofrece y, por lo mismo, serán mucho más propensos a consumir nuestros productos y a contratar nuestros servicios profesionales.
Por más tentador que sea creer que nuestro producto o servicio puede llegar a todas las personas, la realidad es que identificar correctamente a tus clientes potenciales es un paso fundamental para poder diseñar e implementar estrategias que tengan mejores resultados y se reflejen en las ventas, la recordación de marca y la recomendación.
¿Cómo definir a nuestro público objetivo?
Lo primero es segmentar el mercado en diferentes submercados homogéneos, conformados por consumidores con características similares.
Para realizar dicha segmentación podemos utilizar variables tales como:
- Ubicación
- Rango de edad.
- Nivel socioeconómico.
- Nivel de ingresos
- Educación
- Estilo de vida (actividades, intereses, pasatiempos, etc).

Identificar correctamente a tus clientes potenciales es un paso fundamental para el diseño e implementación de estrategias.
Para llegar de manera adecuada a nuestro público objetivo y asegurarnos que este sea rentable en el tiempo, es necesario analizar constantemente el comportamiento de nuestros consumidores. Recuerda que sin una idea clara de qué vamos a vender y a quién se lo vamos a ofrecer, corremos el riesgo de que nuestro mensaje no llegue correctamente y que nuestra inversión (en plata, tiempo y esfuerzo) sea totalmente en vano.